El Museo Figari cumple diez años y lo celebra con una serie de exposiciones e intervenciones curatoriales en museos e instituciones amigas. Bajo el título Figari y sus contemporáneos se busca establecer un diálogo entre las obras de Pedro Figari y el círculo de sus artistas amigos y allegados.

Al mismo tiempo, se intenta poner en relación el acervo patrimonial de los museos uruguayos siguiendo un mismo eje transversal que los une en la temática figariana. Ya son catorce las instituciones que se han sumado a los festejos de esta década de trabajos y aspiraciones compartidas. La múltiple personalidad de Pedro Figari –abogado, político, educador, filósofo, escritor y pintor–, habilita variados abordajes a su propia contemporaneidad.

A veces son los pintores compatriotas –Pedro Blanes Viale, Carlos Federico Sáez, Milo Beretta, José Cuneo, Rafael Barradas, Guillermo Rodríguez– quienes lo acompañan desde sus procesos creativos. Otras veces son los colegas extranjeros –Ignacio Zuloaga, Anglada Camarasa, Pierre Bonnard, Édouard Vuillard– que interactúan en una silenciosa pugna de genios. Muy cerca estarán sus admiradas amigas Victoria Ocampo, Adrienne Monnier y Sylvia Beach.

Sabremos del trabajo de sus maestros  –Goffredo Sommavilla–  y de sus alumnos –Luis Mazzey–. Estudiaremos las premisas educativas que inculcó desde la Escuela Nacional de Artes y Oficios; conoceremos las influencias de los escritores amigos como Enrique Larreta, Carlos Reyles, Jorge Luis Borges, y Enrique Amorim… y hasta indagaremos en sus preferencias cinematográficas. No faltarán los testimonios de escultores como José Luis Zorrilla de San Martín y José Fioravanti, quienes lo evocan desde el recuerdo personal y lo homenajean.

Así, en un derrotero en zig-zag que va tocando los acervos institucionales del país, llegaremos a atisbar el más estrecho lazo de los compañeros de ruta: Jules Supervielle, Manuel Güiraldes, Teodoro Buxareo, Carlos Herrera MacLean, sus hijas y su familia toda, en especial, su hijo y colaborador Juan Carlos. Ellos tejen una red de vínculos tanto afectivos como creativos que van urdiendo el tiempo que a Figari le tocó vivir.

En épocas de distanciamiento social el Museo Figari invita a andar un camino de acercamientos posibles, cuidadosos de los visitantes y respetuosos de la memoria colectiva. Acercamiento a los creadores y a sus respectivos contextos, en los que, como piezas de un gran puzzle figariano, sus días y sus trabajos se ordenan.

Pablo Thiago Rocca