Fecha
Miércoles, 10 de abril de 2024.
Horario
19:00
Aitor es un niño de 8 años que se traslada desde Bayona (País Vasco francés), para pasar unas vacaciones de verano junto a su madre y sus hermanos, en la casa familiar del campo, al otro lado de la frontera. Es en esos días, que su entorno empieza a notar algunos cambios en su comportamiento, que en medio de la confusión, alertan a su cariñosa tía Lourdes, que es apicultora, y la primera que comienza a comprender lo que está ocurriendo.
Esta película nació realmente en 2016, cuando a Estibaliz Urresola la impactó la noticia del suicidio de un joven que buscaba un tratamiento hormonal. El chico había dejado una carta desgarradora, pero también contenía la esperanza de un futuro más amigable.
El paso siguiente de Urresola, ya con la película en la cabeza, fue conectarse con una Asociación de familias de trans de Euskadi, donde conoció a niños y niñas de entre 5 y 10 años y empezó a hacer entrevistas. La propia directora reconoce que sabía poco del tema, y que aprendió mucho durante la investigación. El solo hecho de conocer a niños de 4 años que ya se identifican con un género distinto le planteó preguntas sobre la identidad, el cuerpo y el género. A partir de ahí nació una película acerca de una niña trans en busca de su identidad en medio de su propia y turbulenta colmena familiar. La historia oscila entre su confundido punto de vista y el de su madre (Patricia López Arnaiz), que ha decidido pasar unos días de verano con sus tres hijos en el pueblo para afrontar así un momento crítico de su vida.
En este, su primer largometraje, Urresola continúa, sin rehuir su compromiso social, el camino recorrido en su exitoso cortometraje Cuerdas, y firma una conmovedora película sobre el tema de los y las menores transexuales. Como en Cuerdas, la directora recurre de nuevo a actrices profesionales y no profesionales, que en este caso son las y los menores, para retratar de forma minuciosa un grupo de mujeres marcadas por acción u omisión por la sombra del patriarcado: la inocente y brillante expresividad de Lucía (Sofía Otero), la acallada pero no aplacada tormenta interior de su madre (Patricia López Arnaiz), la rigidez de su abuela (Itziar Lazkano) y la ternura de su tía abuela (Ane Gabarain).
La cineasta ha hecho una observación aguda acerca de los temas de lenguaje identidad de género: “Como es una película sobre identidades, me parecía interesante representarla alrededor de la frontera, donde hay mucha diversidad. Además, el euskera elude la declinación de género en sus adjetivos y en el uso de la tercera persona, lo que permite al personaje expresarse en algún momento desde un lugar en el que no siente incomodidad con el binarismo tan rígido del castellano». El film ya fue premiado en Málaga y en Berlín.
¿Dónde?
CCE Montevideo
Más información:
Entrada libre y gratuita
*Capacidad limitada
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