La Biblioteca como huerta de ideas
Martes, 22 de octubre de 2024.
El demonio telepático parte de una gran hipótesis: la tradición que inaugura Roberto Artl con Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires no está muerta. Y Mario Levrero es la prueba definitiva. En 1980 publica el Manual de parapsicología. Desconcertante como todos sus libros, este opúsculo que pasó totalmente desapercibido, describe fenómenos extraños bautizados con nombres no menos extraños, producidos por un inconsciente que no se manifiesta en los sueños, ni en el lapsus, ni en el acto fallidos, sino en la aparición de fantasmas, las coincidencias telepáticas, las casas encantadas, las premoniciones, la levitación, o la escritura automática. La parapsicología resultaría el reverso del psicoanálisis, un psicoanálisis de otro planeta, la ciencia del inconsciente espectral.
A través de este saber en bancarrota, es posible ingresar y navegar en la obra de Mario Levrero y sus avatares, del principio hasta el fin, yendo de la caligrafía del sueño de la trilogía involuntaria hasta La novela luminosa y los diarios de ultratumba. La literatura, para Levrero, es una conversación entre un embrión y un sonámbulo: un autor que transcribe los mensajes dictados por su teratoma y los lectores que los reciben sumidos en un estado de trance hipnótico.